Franz Schubert (1797-1828) compuso Winterreise (Viaje de invierno), un ciclo de veinticuatro lieder a partir de poemas de Wilhelm Müller (1794-1827), en dos fases separadas por unos diez meses al final de su vida. Müller, que ejercía desde 1820 como bibliotecario ducal en su ciudad natal de Dassau, era un poeta bien conocido por el compositor, quien había compuesto en 1823 su primer gran ciclo de canciones (La bella molinera) a partir de la colección de poemas titulada Setenta y siete poesías procedentes de los papeles póstumos de un músico viajero (Sieben und siebzig Gedichte aus den hinterlassenen Papieren eines reisenden Waldhornisten). Fue justo en 1823 cuando Müller publicó en la revista Urania unos poemas bajo el título de Canciones de viaje de Wilhelm Müller. El viaje de invierno. En 12 lieder. Al año siguiente publicó los veinticuatro poemas del ciclo en un libro titulado Poemas de los papeles legados por un corneta del bosque errante. Canciones de la vida y el amor. No se sabe en qué momento Schubert conoció los doce primeros poemas, pero a partir de ellos escribió un ciclo de canciones en febrero de 1827. El editor vienés Tobias Haslinger lo editó en enero de 1828. Para entonces, el compositor había descubierto ya la colección completa y en el otoño de aquel mismo 1827, amplió su ciclo inicial hasta la forma definitiva. Haslinger los publicó así el último día de 1828, cuando Schubert llevaba ya seis semanas muerto y Müller, que jamás llegaría a oír estas canciones, quince meses.
Este conocidísimo ciclo shubertiano es uno de los pilares del romanticismo alemán y de la canción errante. En la sociedad anterior a la revolución industrial, estas canciones se cantaban tradicionalmente en las reuniones o despedidas de los jornaleros. En la época romántica, la canción errante se redefine, el senderismo adquiere un nuevo significado, ya no se trata del mero viaje de un lugar a otro, sino de las experiencias que se pueden adquirir en este viaje. El viajero cambia durante su deambular, en el que es importante lidiar con las dificultades y superarlas
Mas el senderismo,
en este nuevo contexto, se asimila a un caminar alegre y descuidado de la
primavera y sus expectativas de renacimiento y positividad. En "Winterreise”, de Wilhelm Müller, sin embargo, esta situación de partida no es
así, y deja que su vagabundo entre en invierno y, por lo tanto, en una época de
melancolía y tristeza.
Buenas noches es el primer poema del ciclo:
Buenas
noches
Como un extraño llegué,
parto también como un extraño.
Mayo fue benévolo conmigo
y me dio muchos ramos de
flores.
La muchacha habló de amor,
su madre incluso de boda.
Ahora el mundo es tan lóbrego,
el camino está oculto por la nieve.
No puedo elegir
la hora de mi viaje;
he de encontrar el camino
en medio de esta oscuridad.
Me acompaña una sombra
que proyecta la luna
y por los blancos campos
busco las huellas de animales.
¿A qué permanecer más tiempo
y que me echen?
¡Qué aúllen los perros vagabundos
ante la casa de su amo!
El amor gusta de vagar sin rumbo –así lo ha hecho
Dios–
de un lado para otro.
¡Amada mía, buenas noches!
No perturbaré tus sueños,
sería horrible para tu reposo;
no escucharás mis pasos:
¡chito, chito, la puerta está cerrada!
Cuando paso
por ella te escribo
en la puerta
«Buenas noches»,
para que
puedas ver
que he
pensado en ti.
Wilhelm Müller
Para ti
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