8 de set. 2019

abrimos curso



Todo inicio de temporada depara reencuentros, intercambios y confidencias, mas la de ayer tuvo un carácter muy especial porque decidimos, a propuesta del gran Pepe, celebrarnos, deleitarnos y agasajar los éxitos deportivos y humanos de una de las compañeras más antiguas de nuestro singular grupo:, Nuria Reina Serna.

Nuria, nuestra Nuria, este pasado mes de marzo de 2019 participó en las Olimpiadas Especiales celebradas en Abu Dhabi, allá en, para nosotros, lejanos Emiratos Árabes, obteniendo el sábado 16 de marzo de 2019 la medalla de oro en la especialidad de gimnasia rítmica.

Para esta familia que formamos Vespres Literaris era necesario reconocer la dedicación, el esfuerzo y el sacrificio que han llevado hasta este éxito deportivo, pero, por encima de este reconocimiento, el acto de ayer significó reconocer la valentía, el coraje y la decisión de una mujer excepcional.


Y un poema de nuestra querida Gioconda Belli para tí:


Estoy viva como fruta madura...

Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.

No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.


Gioconda Belli




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