Todo inicio de
temporada depara reencuentros, intercambios y confidencias, mas la de ayer tuvo
un carácter muy especial porque decidimos, a propuesta del gran Pepe, celebrarnos,
deleitarnos y agasajar los éxitos deportivos y humanos de una de las compañeras
más antiguas de nuestro singular grupo:, Nuria Reina Serna.
Nuria, nuestra
Nuria, este pasado mes de marzo de 2019 participó en las Olimpiadas Especiales celebradas
en Abu Dhabi, allá en, para nosotros, lejanos Emiratos Árabes, obteniendo el
sábado 16 de marzo de 2019 la medalla de oro en la especialidad de gimnasia rítmica.
Para esta
familia que formamos Vespres Literaris era necesario reconocer la dedicación,
el esfuerzo y el sacrificio que han llevado hasta este éxito deportivo, pero,
por encima de este reconocimiento, el acto de ayer significó reconocer la valentía,
el coraje y la decisión de una mujer excepcional.
Estoy viva como fruta madura...
Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.
No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los
atardeceres,
me deslumbran el verde, las
marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo
vientre,
cuando todo es más suave y
luminoso.
Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en
velos,
descreída de todo, lamentando su
suerte.
No. Con cada día, se me nacen
los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero
construyendo,
la mujer vendedora con su ramo
de hijos,
los chavalos alegres marchando
hacia el colegio.
Si.
Es verdad que a ratos estoy
triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces
y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que
se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me
sustenta,
en la eterna marea de flujos y
reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos
de la tierra.
Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.
Gioconda Belli
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