Marc Stanley
Fogg (por Marco Polo, por el Stanley que encontró a Livingstone y por el
Phileas Fogg de La vuelta al mundo en ochenta días) está a las puertas de la
edad adulta cuando los astronautas americanos ponen el pie en la luna. Hijo de
padre desconocido, muerta su madre cuando él tenía once años, Marc Stanley fue
criado por su tío Victor, un excéntrico que se ganaba la vida tocando el
clarinete en orquestas de mala muerte. Ahora, en el comienzo de la era lunar y
muerto Víctor, Marc Stanley Fogg tiene dinero para sobrevivir unos pocos meses
más.
El
palacio de la Luna
Paul
Auster
Pág.
5
La
división del mundo
I
Aquí
empieza la rúbrica de este libro denominado: la división del mundo.
Señores
emperadores, reyes, duques y marqueses, condes, hijosdalgos y burgueses y
gentes que deseáis saber las diferentes generaciones humanas y las diversidades
de las regiones del mundo, tomad este libro y mandad que os lo lean, y
encontraréis en él todas las grandes maravillas y curiosidades de la gran
Armenia y de la Persia, de los tártaros y de la India y varias otras
provincias; así os lo expondrá nuestro libro y os lo explicará clara y
ordenadamente como lo cuenta Marco Polo, sabio y noble ciudadano de Venecia,
tal como lo vieron sus mortales ojos.
Hay cosas, sin
embargo, que no vio, mas las escuchó de otros hombres sinceros y veraces. Por
lo cual referimos las cosas vistas por vistas y las oídas por oídas para que
nuestro libro resulte verídico, sin tretas ni engaños.
Y todo hombre
que leyere y entendiere este libro debe creer en él, pues todas estas cosas son
verdad, y os certifico que desde que Dios nuestro Señor plasmó con sus manos a
Adán y Eva, nuestros primeros padres, hasta hoy día, no hubo cristiano ni
pagano ni tártaro ni indio ni hombre alguno de ninguna generación que tanto
supiere ni buscare como el dicho mi señor Marcos averiguó y supo; por eso os
digo que sería gran desventura no quedaran escritas todas las grandes
maravillas que vio y oyó para quelas gentes
que no las vieron ni conocieron tengan de ellas razón en este libro. Y os
repito que para enterarse de ello vivió en estas diferentes regiones y provincias más de veintiséis
años.
Y ello fue
que, estando encarcelado en Génova, hizo exponer todas estas cosas a maese
Rustichello de Pisa, que se hallaba también en la misma prisión en el año 1298
del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Viajes
Marco
Polo
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