EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES
Tatiana Tibuleac
Traductora: Marian Ochoa de Eribe
Editorial: Impedimenta, 2019
250 páginas
Uno de los
mejores libros publicados en lo que va de año. La moldava Tatiana Tibuleac ha escrito en “El
verano en que mi madre tuvo los ojos verdes”, editado aquí por Impedimenta,
una obra desgarradora sobre la reconciliación y la maternidad protagonizada por
Alexy, un adolescente arrogante y
frustrado que vuelca toda su rebeldía sobre su madre, gorda y fea. Ella le propone pasar el verano en el norte de
Francia y será entonces cuando le confiese que será el último que disfrutarán
juntos, comenzando así la cuenta atrás para perdones, abrazos y la necesidad de poesía entre madre e
hijo.
Fragmento:
“«Solo piensas
en la muerte cuando te mueres, Aleksy, solo cuando te mueres, y eso es una tontería, una inmensa tontería. Porque, en lugar de todos sus sueños, la muerte es lo más probable que va a
sucederle a un individuo. De hecho, lo único que le va a suceder con toda certeza.
Por eso, Aleksy, no hagas nunca las cosas a lo tonto pensando
que tendrás tiempo de enderezarlas, porque no lo tendrás. El tiempo de después lo utilizarás para hacer
más tonterías y para morir más deprisa.» (…) Mi madre tuvo razón esa tarde y otras tardes
que siguieron. Pero el papel de filósofo
no le pegaba en absoluto, ni siquiera a
punto de morir (…) Me gustaría ver al menos a un joven que dejara de hacer el
tonto solo porque se lo ha dicho su madre. Que dijera «sí, por qué no voy a cambiar y hacer caso a mi
madre, ella se está muriendo y sabe lo
que dice». Probablemente existan, pero seguro que son unos jóvenes viejos y muy
muy infelices”.
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