Crónica novelada de los días de la Gran Crisis
Felipe Alcaraz
Editorial Almuzara, 2012
Páginas: 304
“La novela de Felipe Alcaraz, Tiempo de ruido y soledad (Editorial Almuzara), lleva como
subtítulo “Crónica novelada de los días
de la Gran Crisis”. La acción se desarrolla entre el entierro de Marcelino Camacho, que se presenta como
el final de una época, y las elecciones generales del 20N de 2011. Se trata de una novela coral, una especie de
tapiz donde se trenzan varias decenas de hebras en una prosa directa y una
estructura vertiginosa. Un espacio público lleno del ruido de la sociedad
actual donde se cruzan personajes muy conocidos de la política, con sus nombres
reales, con personajes de ficción. Es una crónica casi cinematográfica que, con
el telón de fondo de la crisis económica y social, revela las conspiraciones
políticas que la acompañan, las políticas adoptadas y sus consecuencias
ideológicas, culturales y sociales, en un momento en que la maquinaria
financiera que impulsa al sistema aparece desnuda, sin disfraz alguno, ante la
mirada atónita de la ciudadanía.
En Tiempo de ruido y soledad, que es la
primera entrega de la trilogía “La
disciplina de la derrota” (le han seguido La disciplina de la derrota, en el año 2013 y Serpentario o La agonía de
un régimen, de 2014, ambos en la editorial Almuzara) junto a personajes que
representan al sistema, hay otros que luchan por darle un sentido histórico a
su vida; contiene también, a través de otros personajes, los rasgos de la
derrota de esa cierta izquierda que ha querido combatir a la derecha
pareciéndose a ella o que ha intentado superar la derrota asumiendo los valores
de su adversario y disfrazándolos con los oropeles de la postmodernidad.
En la novela
palpita un tiempo desconcertado donde el ruido de una política convertida en
simulacro sustituye a los colectivos, apáticos y desmovilizados; un personaje
se refiere a esta situación como la crónica no escrita de una paz social
interminable. A la pasividad secular se suma la que recorre el franquismo, la
Transición o la que atraviesa la sociedad española durante los cambios y
ajustes que introduce la estrategia neoliberal. Un ruido, mezcla de espectáculo
y competitividad, cuyo reverso exacto es la soledad, la nueva soledad producida
y extendida por el capitalismo avanzado; se trata de una situación social y
laboral que aísla a la gente a través de un dominio vertical sobre cada uno y
que, en parte, diluye el concepto de clase social y la propia función de los
sindicatos y fuerzas políticas. No es de extrañar la aparición de fenómenos
sociales nuevos, inesperados, entre ellos el movimiento llamado 15-M, los
“indignados”, que funcionan en la novela como una especie de voz colectiva
contra una democracia trucada, sumida en un proceso degenerativo.
Un personaje
femenino, Genara Sampedro, recorre
toda la novela. En ella se sintetizan la lucha por recuperar un sentido
histórico de las cosas a fin de pensar la vida como algo susceptible de ser
cambiado, con un drama personal que contamina sus sentimientos y la atenaza a
través de un complejo de culpa, del que se libra a través de su relación con
otro personaje, inquieto y “remediador”, Luis
Ángel. Tiempo de ruido y soledad
es también una novela de amor, del amor posible en estos tiempos.
Como dice uno
de los personajes, el profesor Gómez
Arboleya: “La soledad es la marca de estos tiempos. Pero lo sabemos. Y eso
sigue siendo importante… que alguna vez podamos hablar sabiendo lo que
sabemos”.”
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