El nombre Hong Kong es en realidad una traducción fonética del nombre
cantonés de la ciudad ( heung gong ), que literalmente significa "puerto
fragante". Con los años, a Hong Kong se le han dado varios apodos. Ha
tratado de renombrarse como la Ciudad Mundial de Asia. También se le ha llamado
la ciudad vertical, por su densidad de rascacielos, pero el nombre que se
mantuvo y ha persistido durante siglos es el de " Puerto Fragante”.
Los historiadores creen que "Fragrant Harbour" fue un nombre inspirado en la
importancia, en el pasado, de la ciudad como puerto comercial del incienso, en
especial el obtenido de la madera de
agar, conocida como "Rey del
incienso".
Durante la dinastía Ming
(1368–1644) y la primera parte de la dinastía Qing (1636–1912), las aldeas que
rodeaban Hong Kong, ahora conocidas como Nuevos Territorios, se destacaron por
la producción de incienso. La madera de agar fue enviada por barco desde el
puerto de Hong Kong a las provincias de China, Asia e incluso hasta Arabia.
Debido a esta exportación, el
puerto de Hong Kong fue llamado "el puerto del incienso" o
"puerto fragante". La historia
cuenta que cuando los colonos británicos llegaron en la década de 1840 pudieron
oler la maravillosa fragancia y el nombre se aplicó a toda la isla.
Antes de que los británicos
invadieran Hong Kong en el siglo XIX, el área contaba con unos 7.500
habitantes. Estos aldeanos locales comenzaron a plantar árboles alrededor de
Hong Kong, conocido como Aquilaria
sinensis, creyendo que estos árboles
tenían un buen feng shui. Hasta el día de hoy, los practicantes de feng shui
creen que la madera que se forma en estos árboles, la madera de agar, contiene
energía especial y beneficiosa, que puede mejorar la suerte, la salud y el
medio ambiente, especialmente cuando se quema como incienso para liberar su
aroma purificador y su energía espiritual.
Los aldeanos descubrieron que
cuando los insectos o el clima extremo atacaban los árboles, se podían proteger
y curar con la oscura resina obtenida de la madera de agar, conocida como Cham
Heong. Desde que en la isla existen árboles de madera de agar ha habido taladores
furtivos de los mismos. Éstos llaman a la resina de estos árboles el “'oro
negro del bosque” Los árboles de incienso también se han utilizado durante
mucho tiempo en Hong Kong para rituales budistas y taoístas. Los fieles creen
que la fragancia de la madera de agar puede inducir claridad, tranquilidad y
evitar la mala suerte. Se usa para ofrendas, en meditación, escritura, canto y
en otras ceremonias.
Hoy en día, la resina a menudo se destila para
crear aceite de oud, un aceite que se ha convertido en un ingrediente básico
para perfumes de la gama alta. Sin embargo, debido a la deforestación y la tala
furtiva, los árboles de madera de agar han disminuido considerablemente en
número, especialmente en Hong Kong, restando casi extintos; quedan menos de 300
árboles en Hong Kong.
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