12 d’abr. 2014

la especie humana

Robert Antelme nació en Córcega en 1917. Al estallar la Segunda Guerra Mundial  entró en la resistencia contra la ocupación alemana. Militante comunista, se casó con la escritora Marguerite Duras, de la que se divorció en 1947. Detenido por la Gestapo  en 1944, estuvo en varios campos de concentración: Dachau,  Buchenwald y  Gandersheim, del cual fue liberado al final de la guerra.

Al regresar a Francia, comenzó a escribir sus memorias  de su paso por el infierno de los Lagers: “La especie humana”, publicada en 1947.  
En 1985, Marguerite Duras publicó “El Dolor”, que narra la espera y la búsqueda de información para conocer el destino de Robert Antelme.

“La especie humana” narra la experiencia personal de Antelme en los campos de concentración nazis.  El relato de un “horror peor que la muerte”. El relato discurre  en dos planos: el material  de la miseria, el frío, el cansancio, el hambre, la suciedad, la enfermedad y la muerte;  y el moral de lunos hombres que quieren erradicar todo lo humano de otros  hombres.

“En Gandersheim no había cámara de gas, ni crematorio. El horror ahí es oscuridad, falta absoluta de referencias, soledad, opresión incesante, lento aniquilamiento. El resorte de nuestra lucha no habrá sido más que la reivindicación enloquecida, y casi siempre solitaria por sí misma, de seguir siendo, hasta el final, hombres. (…)

El rostro de Jacques ya no es el mismo que conocimos cuando llegamos aquí. Está chupado y surcado por dos anchas arrugas y dividido por una nariz puntiaguda como la de los muertos. Nadie sabe allá, en su hogar, la rareza que podría encubrir este rostro. Allá miran siempre la misma fotografía, fotografía que ya no es de nadie. Nos transformamos. La cara y el cuerpo van a la deriva, los lindos y los feos se confunden. (…)

Hace dos años, durante los primeros días que siguieron a nuestro retorno, fuimos todos presas de un verdadero delirio. Queríamos hablar. Ser escuchados al fin... traíamos con nosotros nuestra memoria, nuestra experiencia viva aún, y sentíamos el deseo frenético de decirla tal cual era. Y sin embargo ya desde los primeros días nos parecía imposible colmar la distancia que íbamos descubriendo entre el lenguaje del que disponíamos y esa experiencia que seguíamos viviendo casi todos en nuestros cuerpos. ... Era imposible. Apenas comenzábamos a relatar nos sofocábamos. A nosotros mismos lo que teníamos para decir empezaba a parecernos inimaginable... Estábamos efectivamente frente a una de esas realidades de las que se dice que sobrepasan la imaginación. Quedaba claro entonces que sólo por elección, es decir, una vez más gracias a la imaginación podríamos intentar decir algo. "

Robert Antelme



«Consideraba que él, que había vivido aquello, no era nada. Porque lo que había vivido era inmenso, increíble. Aquello ponía de relieve una fuerza que no se conocía en el hombre. Ante ese fenómeno, él sentía que había sido accidentalmente el objeto de tal encuentro.»

Marguerite Duras

   «Ha escrito un libro sobre lo que cree haber vivido en Alemania:  La especie humana. Una vez escrito, hecho, editado el libro, no ha hablado más de los campos de concentración alemanes. Nunca pronuncia esas palabras. Nunca más. Nunca más tampoco el título del libro.»
Marguerite Duras


   

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