24 de nov. 2019

esperanza


Cirujas, cartoneros y empresarios. La población sobrante como base de la industria papelera (Buenos Aires, 1989-2012

Nicolás Villanova

Investigaciones CEICS, 2015

Páginas: 416

“Este libro tiene como propósito estudiar las relaciones sociales que organizan ese conjunto de personas dedicadas a la recolección y clasificación de productos reciclables en la ciudad de Buenos Aires, los llamados “cartoneros”. Esta población comenzó a ser mayormente visibilizada entre los años previos y posteriores a la crisis del 2001. No bien se masifica el fenómeno cartonero, un conjunto de investigadores destacó la novedad del “sujeto”. En contraposición a los “viejos” cirujas, los “nuevos” cartoneros tendrían características específicas y disímiles. Sin embargo, la novedad se encuentra en las transformaciones que la clase obrera ha sufrido en los últimos cuarenta años, la más importante de las cuales es la aparición de una vasta sobrepoblación relativa de la cual los cartoneros son apenas una de sus tantas expresiones fenoménicas. Esta fracción ha permitido la aparición de nuevas ramas de producción hasta ahora ausentes en la historia argentina, una de las cuales es, precisamente, el reciclado de papel. Rama que solo puede sostenerse por la existencia de esta sobrepoblación relativa, sus bajísimos salarios y sus terribles condiciones de existencia. No solo hablamos de población que se reproduce como obrera, sino que actúa, se moviliza y organiza como tal. De allí que sus acciones acompañen el movimiento general de lucha de los últimos años y que sus condiciones actuales de existencia resulten ininteligibles sin ese pasaje del en sí al para sí. La novedad no se encuentra a nivel del “sujeto”, sino de sus transformaciones y, por lo tanto, de la apariencia que asume hoy un viejo conocido: la clase obrera.”

Esperanza
por Manuel Rivas
El País, 27 de diciembre de 2014

“He podido visitar la República de los Cirujas. Desde entonces, y cuando escribo, me siento un ciruja. No es un país reconocido ni tampoco un lugar de la imaginación. Existe, pero va más allá de la realidad imaginable. En el centro de la República Ciruja se alza La Montaña. Es un imponente accidente geográfico que tampoco figura en los mapas. El mayor basurero de las afueras de Buenos Aires. El trabajo de ciruja consiste, precisamente, en extraer recursos de lo que la ciudad expulsa o vomita. Operar con las manos en las entrañas de esa geología del desecho. La República, que hoy habitan más de 100.000 personas, empezó a formarse en 1982, cuando se levantó el primer barrio, el 8 de Mayo. Un espacio ganado palmo a palmo, con esa histórica materia prima de sangre, sudor y lágrimas. Hubo un tiempo, no tan lejano, en que no se permitía ni el derecho a rebuscar comida. La República tiene sus mártires, como Diego Duarte, un joven de 16 años, tiroteado mientras cirujeaba y hecho desaparecer. Hoy, un centro cultural lleva su nombre. Impresiona la red social tejida en este territorio invisible desde las grandes autopistas. Con autoorganización, se han levantado comedores, escuelas infantiles, talleres o cooperativas de reciclaje. También bibliotecas. Muchos de los libros proceden de la rebusca, abandonados como harapos de la civilización. La Montaña tiene su propia mitología, como el Bebé o el Perro Transparente. La ciruja Lorena Pastoriza lo describe en el relato Llora la Pacha acá: “Pero posta posta que había un bebé llorando. Y no era un gato..., viste que los gatos cuando garchan parece medio. No, era un bebé”. Dicen que el libro va a desaparecer y que la literatura se ha aburrido de sí misma. No mientras exista la República de los Cirujas.”

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