5 de març 2020

betibú, cinco




Fragmento:


“Si la casa de Pedro Chazarreta pudiera hablar sabríamos quién fue el asesino. Porque esa casa fue el único testigo del crimen que allí se cometió. En esa casa está la verdad. En sus pisos, en sus paredes, en los muebles y adornos que aún la visten. Todos testigos mudos.

Si el fantasma de Pedro Chazarreta pudiera presentarse ante nosotros, como se presentó el fantasma del padre muerto de Hamlet a decir su verdad, también sabríamos quién lo mató. Siempre que ese fantasma estuviera dispuesto a contárnoslo, cosa que en este caso rodeado de secretos, mentiras y ocultamientos en los que también estaba involucrado el muerto no parece tan claro como en el caso del padre de Hamlet, rey de Dinamarca.

Si el asesino se quebrara, si quien mató a Pedro Chazarreta no pudiera guardar más su secreto, viniera ante nosotros y dijera, arrepentido o no: ‘Yo lo hice’, tendríamos otra oportunidad de saber la verdad.

¿Cuál de las tres alternativas es más probable y cuál menos?

He visto muy pocos asesinos de este tipo de crímenes quebrados.

Una casa no tiene voz.

Los fantasmas no existen.

Marcelo dijo en el primer acto de Hamlet, después de conocer la versión del fantasma: ‘Algo está podrido en el reino de Dinamarca’. Y yo después de estar dentro de la casa de Pedro Chazarreta digo lo mismo, algo está podrido, algo huele mal.

Una casa no tiene voz, ¿pero puede hablar de alguna otra manera? Algo huele mal, no sólo en esa casa. Algo huele mal en La Maravillosa.”



Betibú
Claudia Piñeiro
Alfaguara, 2011
Pág. 189-190

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada