16 d’ag. 2020

el teatro


El año 2009, con producción de FOCUS, Josep Maria Pou dirigió la obra de teatro La vida por delante.

Traducida por Xavier Jaillard y adaptada por Josep Maria Vidal, el reparto estaba por compuesto por Concha Velasco como Madame Rosa; Rubén de Eguia, como Momo; José Luis Fernández, como Youssef Kadir y Carles Canut, como Doctor Katz.

Fue estrenada el 28 de marzo de 2009 en el teatro Goya de Barcelona, y en su crónica de El Periódico, de fecha 08/04/20019, César López Rosell titulaba:



“Concha Velasco y Rubèn de Eguía conmueven en la versión de Josep Maria Pou de 'La vida por delante'”

y escribe:

“Aparece una desgreñada Concha Velasco con titubeantes andares de abuela. Respira con dificultad tras subir siete pisos acarreando las bolsas de la compra. Acaba de abrir la puerta de la buhardilla del suburbio de París donde vive junto a los chicos descarriados a los que da cobijo. La transformación de la actriz en Madame Rosa impacta desde el primer momento. Si su pretensión y la del director, Josep Maria Pou, era ponernos en situación desde el inicio, no hay duda de que lo consiguen. Y el pulso dramático sobre el escenario del Goya ya no se detiene.


La vida por delante, del premio Goncourt Romain Gary, es de esas obras que hacen crecer a un intérprete. Y Velasco, acreditada en otras batallas escénicas, aprovecha la oportunidad y se enfrenta sin complejos al reto de dar vida a una mujer en el ocaso de sus días.

La actriz absorbe hasta la última gota de la esencia del conmovedor personaje. Ha trabajado a fondo el perfil de esta ex prostituta judía y superviviente de Auschwitz y ha sabido exprimir el sentido de las sentencias que salen de su boca. Salvo algún pequeño e innecesario histrionismo, su trabajo es de los que llegan al corazón porque consigue que la verdad de la vida suba al escenario.



Rubèn de Eguía, encarnando a Momo, es el otro gran triunfador de la función. La mirada sobre los marginados de este adolescente árabe, que ejerce de narrador de la historia y vive aferrado al cariño de Madame Rosa a la que cuida en sus momentos más críticos, es tan tierna como sobrecogedora, sobre todo cuando se obsesiona por conocer sus orígenes.

Lo que consigue con su magnífico trabajo el joven actor, en el que asimila con sorprendente naturalidad el lenguaje y las expresiones de los inmigrantes, es trasladarnos al mundo real.

Carles Canut, impecable como el vecino doctor Katz, y José Luis Fernández, en su breve aparición como violento y desquiciado padre del niño, son el contrapunto de una acción que gira sobre los dos personajes principales.


Josep Maria Pou ha sabido extraer la sensibilidad de esta obra sobre el mundo de los marginados, salpicada con toques de fina ironía y llena de ingenuidad y buenos sentimientos. El racismo, la soledad y la eutanasia se dibujan con trazo firme.

Pero también la tolerancia, expresada con la práctica sin problemas de cultos enfrentados y con ingeniosos juegos dialécticos sobre las relaciones entre judíos y árabes.”



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada