Lady L.
Romain Gary
Traductora: Gema
Moral Bartolomé
Galaxia Gutenberg, 2018
páginas: 176
El día de su
octogésimo cumpleaños, Lady L. está sentada junto a uno de los ventanales de su
castillo inglés. El velador está lleno de telegramas y de mensajes, muchos de
los cuales proceden del palacio de Buckingham. Se daba cuenta de que no era más
que una «vieja dama adorable»; sí, después de tantos años perdidos en ser una
dama, ahora se veía obligada a ser una vieja, por añadidura. «Se nota todavía
que debía de ser muy hermosa…» Desde que había empezado a percibir este
murmullo insidioso, tenía que esforzarse por no soltar cierta palabra muy
francesa que pugnaba por escapar de sus labios, y fingía no haberlo oído. No
había sido menos célebre por su carácter que por su belleza; una ironía que no
le andaba a la zaga, que daba en el blanco sin herir, con la elegancia de los
maestros de armas que sabían recalcar su superioridad sin humillar.
Con la mirada
perdida en su pabellón de caza, Lady L., que tras cincuenta años en Inglaterra
aún piensa en francés, recuerda una historia: mientras el mundo asiste convulso
a los últimos estertores del siglo XIX, Anette, una joven prostituta
parisiense, conoce al más famoso y perseguido activista anarquista de la Europa
de la época. Su encuentro no solo supondrá el despertar de una historia de amor
desgarrada y trágica, sino también el comienzo de una nueva vida para Anette,
quien con el tiempo se convertirá en una admirada y respetada aristócrata y
hará de la impostura un arte.
Porque esta
cara de respetable anciana de la aristocracia británica es solo una fachada
amable, un papel que Lady L. ha elegido jugar y que la decepciona amargamente.
Por ello decide, cansada de todos estos secretos, contar su historia. El
conjunto de confidencias está repleto de ironía, sátira política y social,
repaso a vuelo de pájaro de algunos acontecimientos históricos, reflexión sobre
la idiosincrasia del ser humano, pero sobre todo es una divertida reflexión
sobre la naturaleza engañosa de las apariencias. Esta anciana, considerada
venerable tanto por el número de años vividos como por la antigüedad de su
apellido, hace tiempo que puede reírse a gusto de todos los convencionalismos
de una sociedad hipócrita.
Con esta
novela, Romain Gary establece una feroz crítica de la sociedad victoriana y de
la tensa lucha de clases que enfrenta a revolucionarios anarquistas y a
aristócratas. El juego entre verdad y ficción es un elemento que estuvo
presente también en la vida del escritor.
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